lunes, 4 de julio de 2016

¿Y Que Si...? #BanaDevocional

¿Cuál sería tu actitud ante Dios si en este momento pierdes la persona que más amas? ¿Si pierdes algo que para ti es irreparable? ¿Cuál es tu actitud ante Dios cuando todas las puertas se cierran y todo se vuelve oscuro?

Por experiencia propia puedo decir que en esos momentos nuestra actitud ante Dios no es la indicada, nunca nos detenemos a pensar en que Su voluntad perfecta está en acción y simplemente queremos que las cosas no hayan sucedido de esa manera,  lo que menos hacemos en esos momentos es adorar a Dios y darle gracias por lo que está pasando aunque no sea lo que esperábamos, sino que por el contrario nos entristecemos y cuestionamos a Dios,  en el peor de los casos nos tornamos incrédulos y hasta llegamos a dudar de su amor por nosotros. 

Es muy fácil adorar a Dios cuando las cosas marchan bien y cuando todo es cuesta arriba, pero el verdadero adorador es aquel que sin importar lo difícil del momento, sin importar lo doloroso de situación siempre tiene una alabanza en sus labios. La "adoración" es una actitud de obediencia donde rendimos todo nuestro ser a Dios, y puedes llamarte un verdadero adorador cuando ninguna situación adversa pueda impedir este acto de sumisión y obediencia a nuestro soberano Padre Celestial quien tiene nuestro camino trazado.  

No importa lo amarga que sea la situación por la que estás atravesando,  la dulzura de su paz que sobrepasa todo entendimiento te rodeará y luego entenderás que la voluntad del Eterno es perfecta. 

Job se levantó y rasgó su vestido en señal de dolor; después se rasuró la cabeza y se postró en el suelo para adorar y dijo: «Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo estaré cuando me vaya. El Señor me dio lo que tenía y el Señor me lo ha quitado. ¡Alabado sea el nombre del Señor!». A pesar de todo, Job no pecó porque no culpó a Dios. Job 1:20‭-‬22 NTV

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