Vida De Oración #BanaDevocional
Oh Dios, tú eres mi Dios; de todo corazón te busco. Mi alma tiene sed de ti; todo mi cuerpo te anhela en esta tierra reseca y agotada donde no hay agua. Te he visto en tu santuario y he contemplado tu poder y tu gloria. Tu amor inagotable es mejor que la vida misma, ¡cuánto te alabo! Te alabaré mientras viva, a ti levantaré mis manos en oración. Salmos 63:1-4 NTV
Cuando nos acercamos a Dios, Él se acerca a nosotros y en su presencia, podemos ser quien realmente somos, y Él puede ver nuestro interior. Dios quiere hablarnos, pasar tiempo con nosotros, hacer planes... Pero nuestro tiempo casi siempre es tan limitado que no podemos escuchar su dulce voz invitándonos a dialogar con Él.
El Espíritu Santo es quien produce esa conexión entre Dios y nosotros, es el medio a través del cual Dios habla a nuestro espíritu y esta comunicación ocurre mediante la oración. Es necesario que pasemos tiempo con Él, que aprendamos a escuchar la voz del Espíritu Santo como habla a nuestro corazón, es necesario que aprendamos a ver el corazón de Dios y dejar que Él vea el nuestro tal y como es, a partir de esto dependerá nuestra vida espiritual y secular.
Cuando desarrollamos una vida de oración empezamos a experimentar cosas maravillosas e inimaginables que el Señor quiere mostrarnos.
Recuerda, sumérgete más y más, Él tiene cosas grandes para entregarte y solo en su presencia vas a recibir todo lo que Él tiene para ti.
Cuando nos acercamos a Dios, Él se acerca a nosotros y en su presencia, podemos ser quien realmente somos, y Él puede ver nuestro interior. Dios quiere hablarnos, pasar tiempo con nosotros, hacer planes... Pero nuestro tiempo casi siempre es tan limitado que no podemos escuchar su dulce voz invitándonos a dialogar con Él.
El Espíritu Santo es quien produce esa conexión entre Dios y nosotros, es el medio a través del cual Dios habla a nuestro espíritu y esta comunicación ocurre mediante la oración. Es necesario que pasemos tiempo con Él, que aprendamos a escuchar la voz del Espíritu Santo como habla a nuestro corazón, es necesario que aprendamos a ver el corazón de Dios y dejar que Él vea el nuestro tal y como es, a partir de esto dependerá nuestra vida espiritual y secular.
Cuando desarrollamos una vida de oración empezamos a experimentar cosas maravillosas e inimaginables que el Señor quiere mostrarnos.
Recuerda, sumérgete más y más, Él tiene cosas grandes para entregarte y solo en su presencia vas a recibir todo lo que Él tiene para ti.
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