Somos Espejos Para El Mundo
Jesús se dirigió otra vez a la gente diciendo: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, tendrá la luz que le da vida, y nunca andará en la oscuridad» (Juan 8:12)
Nosotros fuimos creados como espejos perfectos, pulidos y brillantes, sin defectos o irregularidades, para reflejar la imagen de Dios. El pecado ha causado deformaciones que impiden a la luz de la imagen divina reflejarse perfectamente. El ejemplo más claro de este daño podemos verlo en programas de televisión, películas, videojuegos o noticieros que reflejan cada día menos a Jesús, nuestro Creador, y cada vez se acercan más a la imagen distorsionada de la maldad y las tinieblas. Dios no es lo que vemos en todos esos espacios de comunicación y distracción.
Dios es amor y es luz.
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