El Dinero
Muchas veces decimos que Dios es el dueño de todo, del oro y de la plata, de lo que nos da, de absolutamente todo.
Pero por qué diciendo y sabiendo esto decimos: Mi Sueldo, Mi Carro, Mi Casa, Mis Cosas?
No debería ser: El sueldo de Dios, El carro de Dios, La casa de Dios y Las cosas de Dios?
Si hacemos una comparación de cuantas veces aparecen versículos que hablen sobre la fe y el dinero se sorprenderán cuando se enteren que de la fe habla menos de 500 veces, sin embargo del dinero Dios nos habla más de 2,350 veces.
No está de más recordar que cuando nos dicen algo muchas veces es porque es algo importante, así que para Dios el manejo del dinero es importante. Hay que ser cautelosos y celosos con lo que es de Dios porque Él nos permite disfrutar de todo lo que tenemos por medio de Su Gracia y Su misericordia.
Debemos saber ahorrar y para dar y diezmar debemos reconocer de verdad a Dios como dueño y Señor de todo.
Si damos por dar, eso es de mediocres. Si damos porque Dios nos devolverá, eso es de doctrina prospera. Pero si damos sabiendo lo que es Dios, damos fielmente sabiendo que le estamos DEVOLVIENDO a Dios una parte de lo que Él nos ha permitido disfrutar.
Así que vamos a comenzar a poner el orden de las cosas y al momento de que tengamos algún conflicto decirle al dueño de todo, Dios se están metiendo con Tus cosas.
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