jueves, 23 de abril de 2015

Amor Inmerecido

Todos los días me sorprende el amor y la misericordia de Dios, su amor sobrepasa nuestro entendimiento totalmente. ¿Cómo podríamos comparar su amor y su misericordia con lo que somos? Malos por naturaleza, pecaminosos, llenos de avaricia, codicia, y maldad; pero aun así su amor nos inunda cada día.

En pasado martes asistí a mi partido de fútbol de cada semana, ya en la cancha iniciamos el juego, a los pocos minutos de haber iniciado, mi pie derecho colisiono con el pie de otro jugador, inmediatamente salí del juego por unos segundos para recuperarme, el partido termino y fui a comer algo con mis amigos para luego ir a casa, ya en casa mi pie comienza a inflamarse y a doler de una manera increíblemente molesta, comencé a orar desde mi cama e hice lo que humanamente podía hacer en ese momento. Solo pensaba ¡wow! no podré tocar esta semana, tendré que suspender mis ensayos y todas mis actividades, que mal… pero en mi corazón y en mi mente dije: "Señor solo permíteme hacer todo lo que debo hacer, Sáname".

Dios me permitió amanecer totalmente sano, con muy poco dolor, casi nada de inflamación, y ya pudiendo dar pasos. Me dije a mi mismo “no merecía tanto” pero una vez más ¡Él lo hizo! Y me bastó para pasar todo el día dando gracias, pues por un momento pensé que no podría volver a caminar por unos días, pero Dios no permitió que fuera así.

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