"Transformado" En Mi Salud Emocional (día 18)
A la mayoría de nosotros nos gusta ser abrazados cuando nos sentimos mal. El problema es que no siempre tenemos a alguien que nos abrace cuando lo necesitamos. Estamos seguros de que habrá tiempos difíciles. Hay circunstancias fuera de nuestro control, y las crisis vienen de cualquier parte. El dolor parece más de lo que podemos soportar. Es entonces, cuando las cosas se vuelven imposibles, que debemos recordar acudir a nuestro Padre Celestial. Él estará ahí, siempre dispuesto.
Dios conoce tu dolor. Te escucha llorar. Cuenta cada lágrima tuya. Y está listo para ayudar. Solo necesitas venir a Él. Él es tu refugio en la tormenta. Con sus brazos poderosos está esperando abrazarte. En ellos encontrarás paz, protección y fortaleza. Y cuando le permitas sostenerte en su pecho, que te abrace, Él estará contigo hasta que la tormenta pase y vuelva la alegría el día de mañana.
Es difícil imaginarse que el Dios que creó el universo está disponible para ti, pero así es. Su más grande deseo es tenerte junto a Él. Por eso te creó. Así que si piensas que a nadie le importa, y tus pensamientos te llevan a la desesperación, pídele al señor que te levante. Su misericordia nunca falla. Él no quiere otra cosa que darte ese gran abrazo que tanto necesitas.
PARA MEDITAR: ¿Qué escuchaste?, ¿Qué piensas?, ¿Qué vas a hacer? Ahora habla con Dios…
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