domingo, 25 de septiembre de 2016

"Transformado" En Mi Salud Vocacional (día 42)

Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo, conscientes de que el Señor los recompensará con la herencia. Ustedes sirven a Cristo el Señor. Colosenses 3:23-24 NVI

Puede ser que llenes formularios solo porque es tu trabajo. Puede que sirvas café como un deber, tener una corta conversación por cortesía, o visites clientes potenciales para obtener ganancias. En cualquier día de trabajo, haces más actividades de las que eres consciente, por mucho más razones de las que puedes contar.

Tú realizas ciertas actividades en automático; y otras son rutinarias. Y hay actividades que realizas como si fueras hecho para eso... Y posiblemente así sea.

Este versículo lo cambia todo al decirnos que no importa lo que hagamos, debemos hacerlo por más que solo hacerlo. Entonces podemos decir que debemos trabajar con un "doble motivo": cumplir con las tareas y trabajar para Cristo. La segunda es la más importante. 

Cada tarea aburrida cambia cuando la haces para tu creador. Él es a quién amas, y es quién te ama. Este amor mutuo te pone a trabajar. Eso te obliga a esforzarte para hacer que tus actividades sean un regalo para Él. 

Sí, puedes servir a Cristo al completar esos formularios sin sentido, al servir ese café, al escuchar a tus colegas, al vender a tus clientes lo que necesitan. Pero la "salsa secreta” es tu "doble motivación." 

No meceremos una recompensa por todo esto. Después de todo, lo hacemos por amor a Cristo, y Él nos dio este amor desde el principio. Y en este versículo, lo deja claro. Él nos recompensa por cada cosa pequeña. Él está al servicio de sus siervos. Eso es verdadero amor.

PARA MEDITAR: ¿Qué escuchaste? ¿Qué piensas? ¿Qué vas a hacer? Ahora habla con Dios…

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